Perder para ganar
Maria de los A. Pérez -
- Relaciones padres e hijos
- Relaciones de amistad
- El orgullo propio
- En un conflicto
- Lo material
- Disfrutes momentáneos
- La personalidad
- Cultura de vida
- La razón
- Perdiendo
Hay muchísimas cosas en las que tanto un hombre como una mujer no quieren perder, sobre todo cuando se está acostumbrado a tener autoridad y sentido de pertenencia, hacia otra persona, y es por ello que a veces los padres, tienden a ser sumamente controladores con sus hijos y aun siendo adultos, no los dejan vivir su propia vida.
Hay muchas circunstancias en la vida que nos exhortan a tomar decisiones serias en las cuales, tenemos que poner en juego algo que amamos, y otra cosa que amamos. Para este tipo de situaciones, a veces hay que saber escoger lo que realmente debemos tomar como más importante, y saber que a veces "para ganar hay que perder"
Relaciones padres e hijos
Capítulo siguiente: 2 - Relaciones de amistad
Hay muchísimas cosas en las que tanto un hombre como una mujer no quieren perder, sobre todo cuando se está acostumbrado a tener autoridad y sentido de pertenencia, hacia otra persona, y es por ello que a veces los padres, tienden a ser sumamente controladores con sus hijos y aun siendo adultos, no los dejan vivir su propia vida.
Todo padre debe saber dos cosas:
1.- Nuestros hijos no nos pertenecen, aunque son un regalo para nosotros, ellos están bajo nuestro cuidado y protección, pero ese cuidado y protección, requiere simplemente "Mayordomía" que implica cuidar algo que no es de uno, como si fuese, asumiendo una responsabilidad, como si fuésemos los dueños absolutos.
Los seres humanos tenemos la tendencia de pretender adueñarnos de todo lo que es nuestro, y hasta de la vida incluso de otros seres humanos. Pero tenemos que comprender de que no somos dueños de nada, somos mayordomos, responsables, administradores.
Los seres humanos tenemos la tendencia de pretender adueñarnos de todo lo que es nuestro, y hasta de la vida incluso de otros seres humanos. Pero tenemos que comprender de que no somos dueños de nada, somos mayordomos, responsables, administradores.
2.- Cuando tenemos a otros seres humanos bajo nuestro cuidado y protección, debemos tener propósitos claros, de que queremos lograr con ellos, de que deseamos, y sobretodo de que es lo mejor para ello, pero sin pretender nunca pasar por encima, de sus propios intereses personales, (sobre todo cuando ya son adultos) cada ser humano esta en la capacidad de tomar decisiones sobre su propia vida, y nuestro deber como padres no es decidir por ellos, sino darles herramientas, para que ellos puedan manejar con seguridad sus propias decisiones. Cuando estamos claros de que les hemos dado las herramientas necesarias para la vida, y los hemos enseñado a usarlas, no solamente de palabras sino de hechos, entonces podemos descansar creyendo que ya ellos deben tener la madurez suficiente, para tomar las mejores decisiones en la vida, y para afrontar las consecuencias de sus propios errores cuando, no tomen las decisiones correctas, nuestro deber es darle herramientas, su deber es usarlas, el trabajo que ellos hagan con su vida, será ya su propia responsabilidad, déjelos crecer, madurar, y experimentar.
Analizar estas sugerencias, pareciera que nos hiciera, pensar en que debemos perder a nuestros hijos, pero no, "para ganar a veces hay que perder", tal vez puedas que creas perder a un hijo, pero si lo dejas soltarse de la mano, y andar, recogerás un gran hombre! Pierdes un hijo, pero ganas a una mujer o a un hombre maduro, ganas el fruto de tu trabajo, y sentirás que nunca perdiste tu tiempo, y que valió la pena, soltarlo y dejarlo avanzar. Si no lo sueltas nunca, nunca sabrás que tan lejos llegara!
Así como lo tuvimos que perder, de nuestro vientre para que estuviera fuera de nosotros, pero si no hubiese sido así, nunca hubieses podido conocer su rostro, su cuerpecito, a quien se parece, etc... Así como lo soltamos para que diese sus primeros pasos, y aunque se cayera, lograra aprender a caminar, así como tuviste que dejarlo ir a la escuela, y hacer muchas cosas sin ayuda, para que pudiera crecer, ahora, déjalo libre si es varón, deja que sea un hermoso jefe de hogar, y que aprenda a manejar ese timón de su barco, y si es mujer déjala que crezca como mujer, como esposa, como madre, déjales sea hombre o mujer, que sea mayordomo de su propia generación que vienen detrás de ellos. Cuando lo hagan, ese triunfo te pertenecerá a ti, por haberlos dejado ir, y volar muy lejos y muy alto, a su propio ritmo, alcanzar sus propios sueños, y lograr sus propias vidas, cuando los hayas soltado, creerás que perdiste un hijo, pero te has ganado la felicidad de tu hijo, y la tuya también.
A veces son los hijos los que no entienden esto, y nunca quieren alcanzar las cosas sin ayuda de sus padres, pero esa características de suma dependencia con los padres, no los dejará llegar lejos, somos nosotros los padres, los principales responsables, en alimentar en nuestros hijos cierto grado de dependencia, pero también cierto grado de independencia, nosotros los padres no le vamos a durar toda la vida, y si nos vamos, ellos quedaran dependiendo siempre de alguien, pero si los enseñamos a desarrollar autonomía, ellos podrán salir adelante siempre con y sin ayuda. Si eres padre, dejémosle crecer, y si eres hijo, permítete crecer.
Relaciones de amistad
Capítulo anterior: 1 - Relaciones padres e hijos
Capítulo siguiente: 3 - El orgullo propio
Capítulo siguiente: 3 - El orgullo propio
La amistad, es un hermoso regalo de la vida, sin embargo nuestra necesidad de tener amigos, no puede ser mayor que la necesidad de desarrollarnos como personas, de buscar las personas más idóneas para alcanzar nuestros sueños, y de buscar las personas más adecuadas para que podamos vivir más sanamente, crecer, madurar, alcanzar metas, planificar nuestras vidas, y cumplir ese plan a cabalidad, hasta llegar a nuestro propósito de vida.
A veces hay que sacrificar amistades, es fuerte, Es difícil, se siente soledad, la costumbre es fuerte, a veces somos dependientes de otros, pero hay que perder amistades a veces, si sabemos que no son útiles en nuestras vidas, si quieres ganar tus sueños, un propósito en la vida, quieres crecer como persona, necesitas sacrificar relaciones de amistad que no te sirven para ello, no se trata de dejarlas de tratar, no se trata de odiarlas, no se trata de desecharlas, sino de invertir tiempo en cosas más útiles, y disminuir el tiempo, las actividades, los hábitos, y todas las cosas que te atan a personas que no te ayudan, sino que tú mismo sabes que te hunden, de a poquito, pero te hunden y no te dejan llegar más lejos, tarde o temprano, te harán perder y sentirte un frustrado y un fracasado, si de verdad quieres perder, debes aprender a sacrificar ese tipo de relaciones, por más que te duela, por más que tu las ames, pero debes amarte a ti mismo, y a tus sueños, ya que nadie te amara mas a ti que tú mismo, y nadie querrá que alcances tus sueños más que tú mismo, aprende a seleccionar amistades que te impulsen, y no amistades que te derriban, comienza desde ahora a analizar a tus amistades, que te sirve y que no te ayuda, en quien puedes invertir más tiempo, para poder crecer, y en quien necesitas, limitar el tiempo que pasan juntos, las cosas que hacen juntos, y los hábitos que has aprendido a hacerlo juntos.
El orgullo propio
Capítulo anterior: 2 - Relaciones de amistad
Capítulo siguiente: 4 - En un conflicto
Capítulo siguiente: 4 - En un conflicto
El orgullo es una de las cosas que no sabemos perder tan fácilmente, y a veces podemos perder lo que sea, pero nuestro orgullo nadie no los quita, pero a veces las personas, no saben distinguir entre lo que es amor propio, y lo que es egocentrismo, y parte de este orgullo propio, puede ser parte de un amor propio, o de un egocentrismo verdadero, es por ello, que a veces, debemos estar dispuesto a poner de vez en cuando nuestro orgullo al lado, sobretodo, cuando se trata de conservar relaciones, tanto de amistad, familiares, de pareja, laborales, académicas, y de cualquier índole.
Las personas mas orgullosas, terminan solas, porque por orgullo. No se permiten ser corregidas, ser enseñadas, recibir consejos, ayudas, criticas constructivas, y hasta exhortaciones fuertes, pero a veces esas cosas son necesarias porque nos ayudan a crecer como personas, y si no aprendemos a ser corregidos, a admitir nuestros errores, a ser a veces criticados, no vamos a crecer, ni madurar, ni desarrollarnos como personas, porque mas bien, nuestro propio orgullo y arrogancia, nos va a hacer creer cada día, de que somos nosotros los que tenemos la razón, y siempre nos vamos a quedar estancados, al margen de la realidad, y viviendo en nuestro propio mundo, ignorando la realidad de la vida, y sin comprender de que todos los seres humanos nos necesitamos, nos debemos amar, comprender, y dejar enseñar y corregir por otros, para poder crecer en la vida, el orgullo, a veces no nos deja ver la vida como realmente es, sino nos hace hundirnos y sumergirnos en nuestros propios conceptos, paradigmas, y puntos de vistas, muchas veces errados.
Si quieres crecer como persona, aprender a poner de vez en cuando el orgullo de lado, y aunque parezca que pierdes, te darás cuenta de que ganas!
En un conflicto
Capítulo anterior: 3 - El orgullo propio
Capítulo siguiente: 5 - Lo material
Capítulo siguiente: 5 - Lo material
Los conflictos son partes de la vida donde vamos o donde estemos, no podemos evitar de que se presenten conflictos, pero si podemos evitar, de que los conflictos se vuelvan un caos, mucha de la crisis de odio, violencia, amargura y tantas cosas desastrosas que amenazan a la sociedad, es precisamente, porque la gente no sabe manejar conflictos, debemos aprender a manejar los conflictos, y no será siempre tratando de vencer y de tener la razón, no será siempre salir victorioso ganando y venciendo sobre nuestro contrincante.
La vida no es una eterna lucha de poder de tratar día tras día lograr crecer y avanzar atropellando a quien salga por delante, a veces hay que perder, para ganar en un conflicto, si a veces somos pacientes, tolerantes, comprensivos, amigables, y hasta un poco permisivo, hasta cierto punto, con tal de que todos ganen, y nadie pierda, haríamos que las cosas marchen mejor.
Estamos en sistemas sociales, en donde cada quien lucha por el poder, por el control, por el dominio, por ver quién destruye a quien, pero cuando demostramos, que no estamos bajo ese propósito, no tenemos enemigos, si andamos luchando por poder dominio, y control, siempre tendremos contrincante, pero si aprendemos de vez en cuando a deponer nuestras armas, y a sacar la banderita de pido la paz para esta guerra, te aseguro que muchos enemigos, también bajaran las armas.
Si vamos poco a poco aprendiendo esta arma de guerra para la paz, iremos logrando crear conciencia en nuestro alrededor, enseñaríamos a nuestros hijos a ser vencedores, y no porque hayan perdedores, no que hayan vencidos y derrotados, solo personas, sanas, tranquilas, controladas, y quietas, y le estaremos dando aporte a nuestras familias, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, estudio, y a las próximas generaciones.
Lo material
Capítulo anterior: 4 - En un conflicto
Capítulo siguiente: 6 - Disfrutes momentáneos
Capítulo siguiente: 6 - Disfrutes momentáneos
Lamentablemente, vivimos en una generación egoísta, insensible, y extremadamente materialista, nada vale más que el oro, que los lujos, que las fortunas, y las herencias, nada vale más, incluyendo la misma existencia humana, cualquier persona, puede ser asesinada por alguien que quiere lo material que ella posee, así es este sistema, sin embargo, no todos los seres humanos somos así de crueles, de pretender si es posible matar, por lograr algo material, pero si se han cometido muchos errores tristes en la historia de la humanidad, por problemas netamente materiales, y muchas personas, han sido heridas, desmoralizadas, ofendidas, castigadas e incluso maltratadas, por algo material.
Lo material es valioso, pues de ello, adquirimos lo necesario para poder lograr cosas, beneficiarnos de ciertos privilegios, y alcanzamos muchos logros con lo material, pero no lo es todo.
Lo espiritual, muchas veces aunque no se ve, pareciese que no se siente, y da la impresión de no tener importancia alguna, lo espiritual, es eterno, es esencial en nuestro ser interior, es elemental en la parte de nuestro ser que no podemos ver, ni palpar, pero que sabemos que hay una vida dentro de nuestro cuerpo material al que vemos, a veces la gente se preocupa más por lo material, que por aquello, que no se puede ver pero que existe, y muchas veces, el hombre quiere llenarse de todo lo que ve, pero carece de todo lo que no puede ver, pero que por eso no quiere decir que no existe, y es por ello, que vemos en la humanidad, una carencia tan grande de valor, de sentido de la vida, de una carencia de propósito y de destino, una infelicidad insaciable, que nada la llena, y que nada la detiene, Dios lo llena todo y en todo, puedes tener todo pero sin Dios, tu ser esta vacío, hueco, sin vida, sin propósito, sin destino, sin sentido.
Sin embargo, el hombre prefiere vivir sin esa parte espiritual que es vital en el hombre, para no perder su autonomía, su propio dominio, su propio yo, tomando el control de su vida, pero a veces hay que perder para ganar, aunque parezca, que reconociendo que hay un ser superior te hace perder tu verdadero valor, permítete vivir esa experiencia, para que compruebes que no pierdes sino que ganas.
Disfrutes momentáneos
Capítulo anterior: 5 - Lo material
Capítulo siguiente: 7 - La personalidad
Capítulo siguiente: 7 - La personalidad
La vida hay que gozarla, la vida es una sola, tengo derecho de hacer con mi vida lo que desee, es una de las cosas que mas dice la gente que carece de sentido de propósito en la vida. Pero la misma historia, nos confirma de muchos hombres en la vida, que sacrificaron muchas cosas para lograr grandes cosas, y son los hombres que la historia nos presenta como grandes inventores, grandes héroes, grandes artistas, en fin grandes hombres.
Los disfrutes momentáneos, muchas veces nos presentan nada más que eso, disfrutes momentáneos, pero los sacrificios a ciertos disfrutes, para lograr metas claras, y maravillosas, nos traen grandes victorias, tanto en la vida familiar, social, económica, académica, laboral, etc.
No desaproveches el tiempo que tienes, porque no vuelve, pero lo que siembras recoges, si siembras en buenas bases sólidas para tu futuro, recogerás gran futuro por delante, pero si desperdicias e, tiempo, en todo lo que no aprovecha para nada, eso tendrás en el futuro nada.
La personalidad
Capítulo anterior: 6 - Disfrutes momentáneos
Capítulo siguiente: 8 - Cultura de vida
Capítulo siguiente: 8 - Cultura de vida
Debemos aprender a diferenciar entre emociones, que podemos sentir como todos los seres humanos, y como aprendemos a manejar esas emociones correctamente. Cuando aprendemos que de la manera como desarrollamos nuestras actitudes, son sanas o no, nos daremos cuenta, de que no son parte de nuestra personalidad, sino que son hábitos, costumbres, y creencias, y estilo de vida que adoptamos, y no nos hemos tomado el tiempo necesario, para analizarlas, y desechar parte de esas fortalezas mentales, que han bloqueado nuestra mente, y han fijado patrones de conductas, que son errados, pero que pueden ser cambiadas, si no los proponemos y conscientemente, y constantemente trabajamos en ellas.
Cultura de vida
Capítulo anterior: 7 - La personalidad
Capítulo siguiente: 9 - La razón
Capítulo siguiente: 9 - La razón
Además, de nuestra personalidad, hay muchas otras cosas que hacemos sin darnos cuenta de que están erradas, pero las adoptamos, no creyendo que sea parte de nuestra personalidad, sino creyendo que es parte de nuestra cultura.
Debemos comprender que no todo lo que hace la mayoría quiere decir que es lo correcto, y vivimos en un mundo en el que el que tiene la razón, pareciera que debería hacer lo que todos hacen solo porque todos los hacen, sea bueno o sea malo, la cultura es lo que prevalece, pero estas son creencias erradas.
El vivir, en contra de la corriente, a veces nos hace sentir de que somos perdedores y de que estamos perdiendo, pero a veces el desafiar a la mayoría, y seguir las cosas, en las que sabemos, que son las correctas, nos ayudara a marcar el camino, para formar nuevos destinos.
Las grandes revoluciones de la historia de la humanidad, se crearon en ambientes, donde todos los desafíos estaban dados, y los grandes revolucionarios, iban caminando hacia el contrario de la mayoría, pero vencieron, eran pocos pero lucharon por sus principios, por la verdad, por la razón, por lo correcto, por lo justo, y se impusieron y ganaron, y hoy día, nosotros estamos disfrutando de muchas de estas vencidas a esos grandes desafíos que experimentaron estos grandes hombres, nosotros podemos hacer lo mismo, y desafiar a esta sociedad, que nos quiere imponer como cultura muchas cosas que nos dañan, que nos destruyen como individuo, culturas de violencia, cultura de vanidad, cultura de ser insensible con el dolor humano, y muchas falsas culturas ideológicas, que si no luchamos contra ellas, se nos impondrá y mataran nuestros sueños, pero que si nos imponemos a todas estas falsas ideologías, estaremos haciendo historia
La razón
Capítulo anterior: 8 - Cultura de vida
Capítulo siguiente: 10 - Perdiendo
Capítulo siguiente: 10 - Perdiendo
¿Quién tiene la razón? Es una de las preguntas mas elementales en todos los conflictos, situaciones, y oportunidades de tomar decisiones, que se nos presenten en la vida, pero para ser un ganador en la vida, no es necesario, siempre tener la razón, ni imponer nuestra propia razón por encima de los demás.
No siempre debemos luchas por mantener el titulo, de el que tiene la razón, muchas veces parecerá que no la tendremos, aunque la tengamos, otras veces parecerá que la tenemos y no es cierto, pero lo importante no es tener siempre la razón,, sino ser personas correctas, que hacen siempre lo correcto, en el momento correcto, bajo unos lineamientos correctos, bajo un sistema de justicia verdadera, y bajo necesidad de hacer lo correcto, y no bajo la falsa necesidad de tener siempre la razón.
Cuando cambiamos la necesidad de tener siempre la razón, por la necesidad de hacer lo correcto, crecemos como personas, somos justos, somos leales a la verdad, y aunque nadie lo admita, por dentro nuestra conciencia nos gritara siempre que tenemos la razón. Al contrario cuando siempre luchamos por tener la razón, por encima de todos, y contra todos, muchas veces nuestra propia conciencia nos acusara de que no tenemos la razón, aunque todos nos la hayan dado, ¿y que es mas poderoso para juzgarnos, después de Dios, que nuestra conciencia? A veces para ganar hay que perder, aunque sientas que a veces pierdes la oportunidad de tener la razón, considera que ganas a oportunidad, de estar realmente en paz contigo mismo, cuando haces lo correcto.
Perdiendo
Capítulo anterior: 9 - La razón
Ganar, no necesariamente es ganar las batallas, ganar las luchas, ganar las guerras, ganar significa conquistar, y a veces para conquistar algo, a veces en el camino hay que perder algunas luchas, algunas guerras, algunas batallas, pero trabaja siempre por conquistar tus propósitos, tus sueños tus metas, y adquirir tus logros personales, siempre y cuando sea de la manera correcta, que des cada paso, al final ganaras, no importa cuántas batallas pareciese hayas perdido, cuantas luchas, pareciese hayas perdido, preocúpate por poner un plan de acción en perder muchas de estas cosas que te hemos propuesto a perder en este curso, y de verdad veras, que tu vida va a ir alcanzando propósito y destino, y cuando conquistes esos propósitos y destinos, ¡serás un ganador!
Autor:
Maria de los A. Pérez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes dejar tus comentarios (favor no realizar comentarios obscenos o que puedan ser ofensivos para otros usuarios y para el titular de este blog)